[…] apañado, esa es la palabra.
Sería mucho más fácil, de verdad, si Animal Well me hubiera encantado.
Abro metacritic y me encuentro con que Animal Well, aquel juego que, reconozcámoslo, todos conocimos gracias a videogamedunkey y su nueva Publisher; Bigmode, tiene un 91. ¡Un noventa y uno! Veo, además, que medios como Eurogamer le han dado una nota perfecta. En twitter, Jason Schreier dice que estamos ante algo parecido a Outer Wilds, uno de los mejores juegos de la historia, esto es así. Fijaos qué comienzo, qué márquetin, ¡qué hype! Y entonces empiezo a jugar a Animal Well. Y a las cuatro horas veo los créditos. Y me pregunto: ¿dónde está la gracia?
Animal Well, que nadie os diga lo contrario, es un metroidvania. Uno algo raro, sí, pero sigue siendo un juego que encaja perfectamente dentro de lo habitual del género. Encarnamos a un adorable bichito redondo que deberá explorar el clásico mapa laberíntico e interconectado, con las omnipresentes zonas bloqueadas por tal o cual habilidad y donde nos perderemos, una, dos, tres veces hasta encontrar el camino correcto. Un esquema absolutamente estándar, aunque es cierto que, como decía, con su toque. Para empezar, Animal Well plantea un mundo absolutamente apabullante. Gracias a esos preciosos gráficos (aunque a veces algo ilegibles) y unas trabajadísimas atmosfera y ambientación, el título nos sumerge de lleno en ese «pozo» repleto de extrañas criaturas que, paradójicamente, no son más que animales, pero que se sentirán como eso, extrañas criaturas. No obstante, el toque del juego no viene simplemente de aquí. Animal Well busca sorprenderte de entrada con su apartado visual, sí, pero la cosa se complica algo más con sus mecánicas y su mundo.
Y es que, aunque mantiene el esquema, el juego busca más ser un pequeño mundo abierto que un metroidvania de los de siempre, con zonas que no se distinguen especialmente entre sí, y donde será habitual dejar una a medias para ir a otra con un nuevo objeto, o andar de acá para allá hasta encontrar lo siguiente que nos haga avanzar. No es el típico pasillo disfrazado de laberinto propio del género. No, quiere ser más abierto, más libre. Lo que estaría bien es que, en un juego abierto y libre, moverse fuera más sencillo, las opciones de viaje rápido mejores, y las zonas más transitables. Este pequeño mundo abierto está, además, plagado de puzles y plataformas, el verdadero protagonista del juego. He leído muchas comparaciones entre Cocoon y este juego, y estoy de acuerdo: dos títulos crípticos, que no cuentan casi nada, pero cuyo diseño de puzles es absolutamente brillante. Ojo, Animal Well está lejos de la locura y creatividad de Cocoon, pero no se queda corto a la hora de plantear sus rompecabezas, especialmente en lo únicos que son estos por el uso de los objetos, que nos os diré qué son, pero ya os aviso de que este no es un metroidvania de gancho y doble salto. El plataformeo, por su parte, exige más de lo que es típico en el género, y algunas secciones, como una protagonizada por un adorable felino me han hecho sufrir más de lo que pienso reconocer. Con todo esto parecería que Animal Well está apañado, con su mundo cautivador, sus puzles ingeniosos y su plataformeo retador. Y sí, está apañado, esa es la palabra.
Por que yo, qué queréis que os diga, no entiendo qué hace a este título tan especial a ojos de otros. Creo sinceramente que Animal Well es un buen juego, un metroidvania sólido con ideas únicas, y sin duda se trata de una obra diferente y que destila cariño y trabajo por todos los poros. Sin embargo, se trata del típico caso de juego críptico a muerte, que esconde sin reparos toda su trama y su narrativa, que exige una inversión en tiempo y esfuerzo gigantes para comprender de qué va la película, y que no deja poso cuando se ven los créditos. A esto se le unen un par de defectos que le pesan, como la mencionada mala navegabilidad del mapa, alguna sección frustrante de más y muertes instantáneas que acusan los dos problemas anteriores. Quizá Animal Well esconda mil secretos y esto sea el nuevo Fez, pero a mí no me dice nada.
Sería mucho más fácil si este juego me hubiera encantado. Si os pudiese contar aquí cómo estamos ante un clásico atemporal, el nuevo Nier, una obra que trasciende el género y el medio y todas esas cosas. Lo que os tengo que contar, sin embargo, es que estamos ante un título sólido, con puzles la mar de interesantes, ideas frescas, un arte precioso y una ambientación increíble. Lo mismo soy yo el que se ha perdido algo con Animal Well, pero en cualquier caso el juego no me ha dicho nada. Me lo he pasado bien, me he dejado sorprender y he disfrutado, pero el «pozo», a mí no me ha parecido muy profundo que digamos.
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