Karakuri | Análisis de Luigi’s Mansion 2 HD

[…] yo lo único que he hecho es pasármelo bien.

Leyendo la entrevista del Iwata Ask que se hizo por el lanzamiento de Luigi’s Mansion 2 para 3DS en su día, he vuelto a: uno, sorprenderme por lo brillante de este formato, y apenándome de que Iwata ya no esté entre nosotros y, dos, a ilusionarme con la industria, a recuperar algo de la fe que últimamente perdemos a marchas forzadas. Porque hacer y jugar a videojuegos puede y debe seguir siendo una experiencia divertida, donde prime la ilusión, las ganas y, ante todo, la ilusión de jugar.

Os parecerá simple, pero jugar, o más bien, juguetear, es algo que cada vez hacemos menos en las obras actuales. Una tendencia ni positiva ni negativa, pero que acerca los videojuegos al cine, olvidando quizá, el origen de todo esto. Luigi’s Mansion 2 no se olvida. En la entrevista de Iwata definen el primer juego de esta franquicia como un título de «acción y aventuras», y supongo que no es incorrecto. Sin embargo, que esto no os distraiga de lo verdaderamente clave (aquí los ingleses tienen chiste fácil), que son los puzles, y la capacidad, como decía, para trastear.

Palabra un poco casposa, ya, la de «trastear», pero es que Luigi’s Mansion 2 en el fondo va de esto. El juego, a diferencia de su predecesor, se divide en cinco mansiones con distintas misiones en cada una de ellas. Nuestros objetivos irán variando en cada una, pero la forma en la que avanzamos no. Siempre deberemos recorrer los lúgubres pasillos de esta o aquella edificación embrujada mientras trasteamos con todo a nuestro alrededor. El juego te invita a ello, con sus coleccionables, sus puzles basados en físicas y todo el dineral que debemos recoger para mejorar nuestra aspiradora. Todo el juego está preparado para tu deleite más infantil, para esa experimentación propia del niño que descubre el mundo a base de darse cabezazos contra él. ¿Esa alfombra parece algo suelta? Seguro que puedes absorberla y ver qué hay debajo. ¿Han colgado un abrigo de un perchero? Malo será que no puedas tragártelo para ver si hay algo en sus bolsillos. Todas y cada una de las estancias de las cinco mansiones están diseñadas al milímetro para darle al jugador la posibilidad de probar todo, de revolver, trastear, juguetear. Llámalo como quieras. El juego está repleto de esos «Karakuri» (artilugio en japonés) que han sido colocados allí para responder a tus ideas locas, a esos «¿y si pruebo a hacer eso?», que os aseguro que casi siempre se verán respondidos.

El título brilla así por ese cariz que invita mucho más a la experimentación y la parte más física del juego, dejando, eso sí, algo de lado la exploración y la ambientación que tan bien la salían a la primera parte. Hablemos claro, Luigi’s Mansion 2 es un juego muy distinto al primero, con una estructura mucho más lineal, un planteamiento mucho más propio de juego portátil y un ritmo, a mi parecer, algo más lento y pesado. Un poco como pasó con el cambio entre Mario Sunshine y Mario Galaxy, salvando las distancias. Sin embargo, igual que en ese caso, lo importante es divertirse. Decía que la industria actual se acerca cada vez más al cine, con historias lacrimógenas, juegos que buscan la espectacularidad por encima de todo y con experiencias que necesitan ser profundas y complejas. No es que el primer Luigi’s Mansion sea precisamente esto, pero su secuela lo rehúye activamente, dando pie a una obra que no es memorable en casi ningún sentido, pero que siempre es divertida. Nunca deja de apetecer emprender la siguiente misión, ver qué idea rocambolesca se les ha ocurrido ahora, qué puzle tendremos que resolver. Y ojo, que el combate —si podemos llamarlo así— tampoco se queda atrás, con un reformado sistema de control que deja en pañales al de su predecesor y que hace que, ahora sí, los duelos espectrales sean verdaderamente, otra vez, divertidos.

Terminando la entrevista, Iwata pide a los participantes que dediquen unas últimas palabras a nosotros, a los jugadores. Hablan, aquí, de lo divertido que fue hacer el juego, y esperan que esa diversión se haya contagiado en el producto final. Puedo dar fe de que así es. Sin ponerme pesado con reflexiones sobre la industria, sí que os invito a leer esta entrevista, a ver cuánto ha cambiado todo en tan poco tiempo, y, permítanme ponerme carroza; a peor. Luigi’s Mansion 2 es testimonio de una forma de hacer videojuegos algo perdida, de la simpleza de pasarlo bien, de hacer un título que se centra en la diversión, en juguetear más que en jugar. Habrá quien encuentre su estructura más pesada y lenta que en el original, y quien no perciba esa ambientación tan marcadas. Habrá quien piense que un juego de hace diez años no debería lanzarse a precio completo en Switch. Habrá, en definitiva, quien piense muchas cosas, y no le quitaré la razón a ninguno. Sin embargo, como decía, yo lo único que he hecho es pasármelo bien. Rebuscando como un gorrino trufero en cada esquina, deleitándome con la cantidad de juego que pueden dar una aspiradora y un cuarto de estar. Como con el primer juego, no estamos ante una obra maestra atemporal. Pero sí estamos ante una diversión atemporal. Y si bien el año de Luigi no es que fuera un gran éxito, sus juegos no dejan de serlo por sí solos.

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Autor

Por Miguel

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