Por más que quiera transmitir algo tan potente y profundo como el original, Persona 5 Tactica carece de esa magnitud, esa densidad y esa unión que se establecía con Royal y que daba sentido a lo que nos estaban contando
Ser un spin-off siempre es complicado. Si por lo que sea llega a existir una obra derivada o alternativa de la original, siempre es porque esta segunda es excelente, ha sido un éxito y por ahora lo que toca es sacar más huevos de oro de la misma gallina. Esto supone presión, supone expectativas y supone, inevitablemente, comparación. Y es irónico, pues la propia saga Persona ya es un spin-off, pero esta sí pudo estar a la altura. Persona 5 Tactica lidia con este problema y, por desgracia para él, no le sale bien.
De Persona 5 Royal tengo pendiente hablar en otra ocasión, pero es bien conocido que no se trata de un juego cualquiera. Lejos de tratarse de la quinta iteración de una saga más de juegos de rol, la última entrega del rpg de Atlus se trata de EL juego de rol. O cómo mínimo, EL juego de rol de esta última década. No es fácil, como decía pues, que un juego que intenta aprovecharse de todo lo que hizo bien este primero pueda hacerlo sin llevarse por el camino tres o cuatro patadas por tratar de jugar en el patio de los mayores. Lo diré sin paños calientes: Persona 5 Tactica le resta calidad a la «saga» de Persona 5.
El nuevo juego de estrategia de los ladrones fantasma nos plantea un sistema más o menos habitual: las casillas, las habilidades, los niveles y algún girito propio herencia de la saga principal, como la posibilidad de alargar el turno si damos con la tecla adecuada. Y sí, habitual, pero, a diferencia de la mayoría de otras sagas de rpg táctico, donde a estos cimientos se le añaden capas para aumentar la complejidad y el reto estratégico, aquí no se añade absolutamente nada. Bueno, absolutamente tampoco, pero el mayor defecto de Persona 5 Tactica radica en eso: su simplismo. Todos los combates se resuelven prácticamente de la misma forma, derribando a cuatro soplagaitas, pateándonos todo el escenario para colocar a nuestras unidades y ejecutando un ataque triple que fulmina todo lo que quede dentro del triángulo que se dibuja con los tres miembros de los ladrones fantasma que comandamos en cada misión. Incluso los casos en los que el objetivo de la fase sea llegar a un punto concreto o resistir, la estrategia a adoptar será siempre la misma, siempre el mismo bucle para librarse de la morralla enemiga y seguir adelante. Los juegos de este estilo siempre tienen cierto cariz repetitivo, sí, al igual que cualquier rpg. Pero en Tactica, este bucle empieza a agotar en la segunda hora. No exagero si digo que me apetecía ver el final del juego desde el principio de este. Si un juego de estrategia no plantea retos estratégicos, pues no sé a qué hemos venido.
Aunque claro, los desarrolladores sí saben porque estamos aquí. Por ese Persona 5 de la portada, por esos personajes que ya conocemos como si fueran amigos de toda la vida, por ese apartado visual apabullante, por esa música deliciosa, por toda esa «marca» y caché que da Persona 5. En este sentido, el juego cumple un poco más. El apartado visual y sonoro imitan de forma loable al juego principal, con temas bastante pegadizos y unas ilustraciones y diseños considerablemente bien hechos. Eso sí, no deja de ser una imitación, y se nota. Pero donde más duele ese vano intento por parecerse a su raíz, es en los personajes y la historia. Persona 5 Royal nos brindó uno de los elencos más memorables del medio, y lo supo usar de forma magistral dentro de una historia inolvidable y con un calado bestial. Tactica intenta – otra vez – ser igual, pero se queda a medio camino. Sí, los personajes ayudan mucho – aunque eso no es mérito de este juego – y los añadidos que hace este título están ahí. La historia cuenta con giros más o menos interesantes para darle vidilla y se recupera ese tono profundamente inconformista y revolucionario del juego original, con un especial hincapié en esto segundo. Sin embargo, como he dicho al principio del texto, no es fácil ser un spin-off, y la dichosa comparación está ahí inevitablemente. Por más que quiera transmitir algo tan potente y profundo como el original, Persona 5 Tactica carece de esa magnitud, esa densidad y esa unión que se establecía con Royal y que daba sentido a lo que nos estaban contando. No puedes llegar de la misma forma en veinte horas que en cien, claro, pero una vez más, la herencia recibida venía con puñales por la espalda.

Es difícil recomendar un juego como Persona 5 Tactica. Especialmente si habéis jugado a Royal. Os aseguro que la historia, los personajes y la jugabilidad del juego de rol superan por mucho al de estrategia, así que, si hay que recomendar un juego de la saga, ya sabéis. Me duele, sin embargo, que Tactica no intente hacerse un hueco por sí mismo, que no aporte nada interesante al género en cuanto a jugabilidad, que piense que con parecerse a Royal ya basta, pero, en realidad, solo parecerse es su mayor error. El «espíritu de la revolución» del que presume el juego se extingue cuando no haces más que mantener lo que ya funciona, revolucionando más bien poco.
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