Te lo dije, los juegos de niños no tienen fin. Por mucho que les riñan los adultos, es inútil.
-Dios, 20th Century Boys
Tardé, tardé mucho en terminarme 20th Century Boys. Hacía mucho tiempo que no sentía como un manga escalaba tan rápido hacia el top de mangas que me he leído y lo único de lo que me puedo arrepentir es de ni haber terminado antes una esta gran obra maestra.
Obra maestra, si, no me corto. Cada vez que leo algo de Naoki Urusawa me deja más en claro porque es tratado como uno de los mejores mangakas que hay ahora mismo y, seguramente, habrá en la industria. Da igual por dónde empieces con él, porque siempre veo, con cualquier obra, como la gente sale más que aluncinada.
20th Century Boys es una masterclass de como contar historias, crear y construir personajes y nunca, pero NUNCA, hacerte despegar de la lectura.

Una vez un amigo me dijo: «Naoki Urusawa es un maestro de hacer historias grandes de lo más pequeño»; cuanta razón tenía.
Cosas tan simples como los deseos y juegos de críos pueden llegar tan lejos, y, una palabra tan usada como «amigo», hace que ya se me llene la boca, que se sienta grande al decirla, pero no por las mejores razones.
20th Century Boys nos presenta un Japón recién a poco de entrar al nuevo siglo, el siglo XXI (21), un Japón normal y corriente con gente corriente, pero que esconde uno de los próximos peligros para la humanidad, Amigo.
Se nos presenta al primer de muchos protagonistas: Kenji Endo, un simple hombre que lleva una tienda de conveniencia en Japón, y que lleva a sus espaldas a la bebé de su hermana, Kanna Endo. Kenji vive en un barrio cerca de sus amigos de la infancia: Yoshitsune, Keroyon, Mon y Maruo. Todos hombres ya establecidos con sus negocios y «vida hecha».
Kenji y su grupito, como dije antes, llevan desde la infancia juntos, en concreto desde alrededores finales de 1960 y 1970. Como niños aún muy pequeños, tienen sus simples juegos de críos, entre ellos, tener su propia base secreta hecha en un descampado dónde juntarse a hacer tonterías, con su propio logo y todo.
Luchan por la justicia, hacen hasta su propia historia del futuro y como lucharán, esta historia se llama «El Libro de las Profecías».
Cosas de niños pequeños, pero, que muchos años después, verán como su vida va a girar ante sus juegos.

Poco después, nos enteramos de la muerte de Donkey, un amigo de la infancia de Kenji y su grupo, el cuál se dice que murió por suicidio, pero pronto nos daremos cuenta de que no ha sido ni por asomo lo que parece, y como un símbolo extraño, pero familiar, va rodeando la vida de Kenji.
«Amigo», un extraño culto que se está ganando a la gente, con un líder misterioso, que está haciendo que se cumpla el libro de la infancia de Kenji y sus amigos: «El libro de las Profecías».
«En diciembre del año 2000, la humanidad será destruida»; algo que pusieron de pequeños, resulta que se vuelve el mayor terror de la humanidad.
Kenji reúne a casi todo su grupo de la infancia bajo el lema «Recuperemos nuestro símbolo»
Lucharán contra el robot de sus «profecías» que destruiría el mundo junto con el virus que se extiende por países del mundo, llamando a este día «La nochevieja sangrienta del 2000», llevándose este día a Kenji por delante, y haciendo que quede como un terrorista ante la visión pública gracias a amigo, y como todo el mundo estará en contra suya y de los pocos supervivientes, de los cuales su futuro es incierto.


La única que sigue creyendo en Kenji, es Kanna. La cuál veremos ya crecida, ya que el manga da un time-skip hasta el año 2015.
Kanna se llevará un gran protagonismo en la obra, escuchando aún cintas de cassette, en las que ellas suenan la música de su Tío Kenji.
Kenji, desde pequeño, le encantaba el rock’n’roll, el macarreo y ir contra corriente. Desde joven montó su propio grupo, aunque sin mucho éxito, pero él siempre componía canciones y tocaba su guitarra a «todo trapo». Y Kanna, tiene aún sus canciones y sus gustos, porque, aunque para todo el mundo, Kenji quedase como un terrorista gracias a Amigo, Kanna sabe que es todo una mentira.

«No hay ningún truco» decía Amigo, pero la verdadera magia es como Naoki Urusawa juega con nuestra mente y atención, dándonos vueltas mentales, cuando parece que las cosas podrán cambiar, y solo va a peor e, incluso, hacernos creer cosas que no son. ¿Alienígenas? ¿Robots gigantes? ¿Poderes psíquicos? ¿Los buenos contra los malos? ¿El protector de la Justicia?
Y me vuelvo a repetir, Naoki Urusawa es un genio y me encanta como ha jugado conmigo en todo momento en su obra mientras yo aún seguía cayendo tanto en los juegos de «Amigo» como los de Naoki.
La obra seguirá en todo momento abriendo agujeros, presentando personajes y dudas, para luego ir poco a poco hilando todo como sin dejar ningún agujero sin destapar. Para luego llegar a un final dónde solo podemos dar un suspiro, ya que al fin todo ha terminado, pero tristemente cayó mucha sangre, mucho sufrimiento y muchos años.

20th Century Boys estará lleno de religión, conspiración, víctimas, amargura, culpa, nostalgia, filosofía, psicología, rock’n’roll y la infancia de un Japón setentero y ochentero.
Si algo define a 20th Century Boys, es que ha sido un viaje, y aquí, en Píldora para Frikis nos gustan los viajes, sobretodo los que nos marcan.
Una obra que ha recibido cumplimiento llegando a ser de los mejores mangas de la historia.
20th Century Boys dura 249 capítulos, y 21st Century Boys despejará nuestra última duda con 16 más. Además de tener una edición preciosa en España.
Gutalala Sudalala~♪

