Kerbal Space Program es un juego especial para mí, un sandbox de construcción de vehículos muy didáctico, divertido y desafiante, que tendrá algún día su propio análisis. Sin embargo, hoy no estamos para hablar de lo disfrutable que es el juego, ni de su curioso enfoque del sandbox, sino del trágico final de su secuela, Kerbal Space Program 2, a manos del horrible mundo corporativo que rodea a los videojuegos.
Take-Two es un gigante de los videojuegos, y, sin embargo, parece que no hay ningún desarrollador entre sus filas, a pesar de contar con juegos titánicos a sus espaldas: la saga Grand Thief Auto, Red Dead Redemption, Bioshock, L.A Noire, Borderlands, Los juegos de 2K y varios juegos de móvil.
Take Two es únicamente una empresa matriz que posee, de la forma más literal posible, a los estudio de desarolladores de estos juegos titánicos, Rockstar, 2K games, Private Division y Socialpoint.
Take Two también sufrió el efecto postpandemia, la crisis al sector del entretenimiento provocada por la sobreexplotación codiciosa de las grandes corporaciones, que pensaban que el enorme flujo de usuarios y consumidores de contenido digital continuaría cuando la gente ya no tuviera que estar encerrada de forma obligatoria en sus casas.
Ya lo he hablado en otro artículo, como 2023 fue uno de los peores años de la historia de los videojuegos en cuanto a despidos, de nuevo, debido a la codicia de las compañías.
Mejor dicho, no de las compañías como tal, sino de los accionistas y departamentos de dirección general, separados de los desarolladores y productores, qué ante la crisis ya mencionada “abarataron costes” para tener unos mejores resultados en el año fiscal, costes abaratados de la vida de personas, por cierto.
Take-Two ya atenía mala fama con los despidos. Especialmente cuando utilizaba parte de los varios millones que se ahorraban para un merecido bonus a los directivos. Pero los planes de ahorro de este año de Take Two lucen todavía peor, el despido del 5% de su fuerza de trabajo, que parecería poco, pero es la friolera de 600 personas, con el ahorro de poco menos que 200 millones de dólares. Pensemos que con GTA 6 van a probablemente romper récords otra vez, como llevan haciendo prácticamente en toda su historia.
Y esta segunda ola de despidos afectó a Private Division, la sucursal para “ayudar” a los juegos indies, que parece que compró la IP de Kerbal Space Program (KSP a partir de ahora) y se la otorgó a Intercept Games, que como pudieron intentaron realizar la secuela del juego, vemos que curiosamente, otorgarle la tarea de hacer KSP 2 a un estudio ajeno al desarrollo del primero fue un desastre, como bien ilustra Steam con sus reseñas, al ver que la jugada ha fallado, Take Two planea echar a 70 personas de Private Division y vender la Ip de KSP 2 tras prácticamente haber destrozado este primer intento de secuela.
Esa es la única buena noticia del día de hoy, quizá haya suerte con la IP de KSP y algún estudio con dos dedos de frente la compré para sacarle provecho, pero sabiendo a quien le pertenece, va a necesitar una buena cartera para suplir los próximos bonuses corporativos…
Y no solo KSP 2 va a sufrir por está decisión, puesto, como he mencionado, la gran mayoría de despidos viene de Private Division, esta filial a Take Two dedicada a promocionar juegos indies y no precisamente inadvertidos, The Outer Worlds, No Rest Fort he Wicked, Hades, OlliOlli World, y otros juegillos que son menos conocidos.
Parece que los juegos indies y su encanto, valor y espíritu no encajan en el mundo corporativo, resulta que hacer obras de arte genuinas, no eleva los suficientes puntos en bolsa como para que las grandes corporaciones se preocupen de fomentarlos.
Mientras sigamos pensando que estás cosas son necesarias para el mundo de los videojuegos estás cosas seguirán así, la monopolización y prácticas de mercado, las micro transacciones, el control creativo y hasta el, a veces, exclusivismo forzado con intereses, la explotación laboral y los despidos masivos.
Sigamos avanzando, atrás quedaron los años en los que Nintendo salvó a este mundo, ahora todos conocemos su capacidad y valor. Valoremos los juegos indies, porqué son lo único que queda para sumirnos en lo peor que podría ser este mundillo, pero a los juegos indie de verdad, aunque ese es tema para otro día…